Los seres humanos tenemos distintas formas de relacionarnos a nivel emocional, intelectual, cultural, económico, a nivel nacional, regional internacionales. Estas relaciones se encuentran marcadas a través de los códigos culturales, los cuales nos permiten identificar y entender desde dónde nos relacionamos a partir de una serie de improntas emocionales insertas inconsicentemente en la cultura.
El psiquiatra francés Rapaille, ha estudiado durante años el concepto de las “improntas culturales”, a través de sus experiencias recopiladas en el libro “El código cultural”, donde nos permite comprender desde la psicología y la etnología, como estas improntas marcan nuestro pensamiento, y comportamiento a partir de cualquier tipo de aprendizaje ocurrido en cierta fase crítica, ya sea en una edad o etapa de vida particular, y que estas improntas se encuentran insertas en las experiencias culturales.
Improntas culturales
En otras palabras los códigos culturales de un latino sea especifico y diferencial, frente al de un europeo o un asiático, pues esta impronta genera una especie de mandato de “subsistencia” y a la vez de “consumo” para cada grupo, un mandato tan único y diferente como una huella digital, pero a nivel grupo cultural.
De esta manera Clotaire Rapaille nos expone como las personas dan distintos significados a las cosas de manera inconsciente, y como los entramados culturales y costumbres nos inducen a procesar la misma información de distintas maneras, gracias a una infinidad de códigos culturales en el mundo.
El Autor reconoce que los grupos culturales tienen códigos para el amor, la seducción y el sexo; códigos para la belleza y la gordura, códigos para compartir dentro del hogar y los momentos de la cena, para el trabajo y las formar de conservar el dinero, hay códigos para la calidad y la perfección, para la comida y el alcohol, inclusive para hacer las compras acceder a los lujos dentro de los procesos de consumo.
Surgimiento de los códigos culturales
Dentro de las migraciones que experimentamos actualmente, y la interacción cultural a través de los procesos de adquisición de bienes y servicios como el internet, surge con más fuerza e importancia la asimilación de los códigos culturales, al cada cultura buscar la distinción de unos a otros mediante la marcación de estilos de vida, ya sea a nivel grupal o individual como una forma de expresión y existencia.
Es importante tener esto en cuenta por ejemplo si vamos a viajar, o general alianzas de trabajo o comercio en contacto con otra cultura, ya que podemos tener un choque cultural por no “CONOCER” las costumbres de la otra persona y/o comunidad.
Para identificar los códigos culturales podemos tener en cuenta los rasgos:
- Orales: jergas, idiomas, expresiones…
- Gesticulares: gestos, bailes, danzas…
- Auditivos: música, frases, sonidos…
- Visuales: símbolos, figuras, formulas…
- Táctiles: textura, temperaturas, formas…
- Olfativos: perfumes y aromas…
- Gustativos: sabores, comidas…
- Extrasensoriales: conciencia, pensamiento, premonición…
- Utilidad: desarrollo personal, convivencia personal…
Y a través de estos rasgos comprender el “croquis relacional”, por ende podemos concluir que nuestra vida y nuestro entorno se encuentra inmerso en códigos que nos marcan como individuos y nos encuadran dentro de una sociedad en las maneras y formas de sentir, pensar y existir haciéndonos participe de la zona donde habitamos.